18.3.08

REINALDO ARENAS




1943-1990). Poeta cubano.

Reinaldo Arenas nació en 1943 en Holguín (Cuba) en el seno de una familia campesina durante la dictadura de Batista. Se unió a la Revolución poco tiempo antes de que ésta triunfara; luego de colaborar durante un tiempo en ella, se traslada a La Habana donde frecuentó a maestros como Lezama Lima y Virgilio Piñera. En 1967 escribe su primera novela, Celestino antes del alba, en la que se advierte su riqueza narrativa y la originalidad de su escritura a través de la evocación del mundo de la infancia, para lo cual se vale además de registros absurdos y fantásticos. Dos años después aparece El mundo alucinante, más tarde celebradísima por la crítica y el público, y que se inscribirá dentro del llamado "boom de la literatura latinoamericana" por su carácter innovador y la ruptura establecida respecto a los autores "clásicos" de la literatura cubana, como Alejo Carpentier.

Retomando al aventurero y cándido fray Servando Teresa de Mier, afamado personaje histórico que en la ficción novelística ocupa un lugar protagonista, Reinaldo Arenas narra una novela de aventuras que estará atravesada, al mismo tiempo, por registros discursivos fragmentados, escisiones del orden temporal y espacial, con la inclusión de imágenes hiperbólicas que además de adscribir a una búsqueda humorística revelan una fuerte carga irónica. En 1980 aparece El palacio de las blanquísimas mofetas, y ese mismo año abandona Cuba, donde era perseguido por su condición homosexual. En Estados Unidos da clases en la Universidad de Florida y es nombrado profesor visitante en la Universidad de Nueva York. Un año después, aparece el libro de cuentos Antes del desfile, donde ofrece una visión pesimista de la Revolución Cubana, y la que se agudiza a su vez en su autobiografía póstuma, Antes que anochezca (1991). Estando enfermo de SIDA, Reinaldo Arenas se suicidó en Nueva York el 7 de diciembre de 1990.

En la contraportada de Inferno, libro donde se recoge su obra poética completa, leemos:

"Su poesía es parte relevante de un todo de único y original aliento; parte que contribuye a ilustrar, de forma concisa y descarnada, las obsesiones fundamentales del autor: la patria (como territorio al que estamos condenados, que nos reconoce para reclamar el derecho de aniquilarnos), la nostalgia, el misterio de la madre, el esplendor y deterioro de la carne, la maldición asumida por el creador de un mundo hipócrita y mediocre incapaz de grandeza alguna, el desprecio por todo tipo de poder, su amor a la libertad. Su poesía posee un carácter furioso, lúdico, mordaz, macabro e hiriente que nos remite al barroco quevediano, a Arthur Rimbaud y a Francois Villon, a Baudelaire y al Conde de Lautrémont. La poesía de Reinaldo Arenas confirma y enriquece los vectores fundamentales de su obra: la negación de cualquier tipo de autoridad, la furia ante la calamitosa condición humana, el reclamo de libertad absoluta a cualquier precio.

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