Se negó a la amistad, estaba atada
por el ritmo insistente de la vida
en familia. Como una casa limpia
de tierra y tiempo, donde nada pasa.
Ni siquiera dejó un papel escrito
que marcara sus lunas o las cuentas
del debe y el haber, sólo los hilos
de una red que tejió con hebras sueltas.
A veces pienso que está viva, tanto
que ni se nota entre las cosas, como
antes. Su nombre indiferente al canto
y a los hombres es una hierba mala.
Y soy la misma que ella en el asombro
de no estar, no saberme, no ser nada.
por el ritmo insistente de la vida
en familia. Como una casa limpia
de tierra y tiempo, donde nada pasa.
Ni siquiera dejó un papel escrito
que marcara sus lunas o las cuentas
del debe y el haber, sólo los hilos
de una red que tejió con hebras sueltas.
A veces pienso que está viva, tanto
que ni se nota entre las cosas, como
antes. Su nombre indiferente al canto
y a los hombres es una hierba mala.
Y soy la misma que ella en el asombro
de no estar, no saberme, no ser nada.
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